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domingo, 30 de enero de 2011

El precio de la liberación.

Después de todo solo me resta mirar y ver como todo va cayendo lentamente. Construí un muro tan alto que fue mi cárcel, y desde allí solo se puede caer. Cae el miedo, cae el soporte en el que vivía, caen la ilusión del mundo feliz, cae todo. Caen los viejos rencores, cae el odio, cae la maldad. Todo lo que subió para dominar cae. Cae la opresión, cae la desesperanza. Cae la tristeza, cae por fin el dolor. Cae el pánico, el terror, cae la parálisis. Todo lo que es falso, lo que está construido sobre mentiras, finalmente cae. Cae la falsedad, el engaño. Caen los secretos y la manipulación. Caen las diferencias, cae el aislamiento. Cae el egoísmo, la mezquindad, cae el individualismo, la ceguera, la indiferencia, cae la división. Cae el silencio. Todo cae, mientras yo caigo en el pozo profundo y oscuro que me construí. Pero mientras caigo siento el alivio profundo de la liberación. Y mientras caigo veo todo lo que cae conmigo, veo como cae cada ladrillo de ese muro. Cae el encierro. Cae el muro. Por fin TODO ESTÁ CAYENDO LENTAMENTE.

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