Seguidores

lunes, 27 de diciembre de 2010

Cosas que jamás entenderé.

Esta sociedad...
Una sociedad construida a base de nuestras malditas manos en la que ni el ladrón es juzgado ni el bueno es alabado. Donde el mundo se pone en manos del azar como motor de la existencia, el papel que debe de jugar la ética cuando ya no existe Dios, como Nietzsche defendió en su filosofía. Un crimen puede salir impune si el azar juega en su favor.
¿Como acabará esto?

sábado, 25 de diciembre de 2010

Algo de Paz

¿Cómo empieza una guerra? 
Todo empieza con una diferencia de criterios. Unos piensan una cosa, otros piensan otra. Pero después, algunos quieren imponer su criterio y empiezan las discusiones. Y en un momento se deja de razonar, y comienzan los enfrentamientos. Sólo resta tener a mano algo con lo que imponer un criterio a la fuerza, y no hace falta más. Ya se desató la guerra. Una vez en guerra, sólo se puede desear algo de paz.
Nada da más paz que volver a casa. Volver a tu lugar, a tus olores, volver a la gente que amas y que te ama. Eso da mucha paz. Todos los viajes en realidad son un viaje de regreso a casa.
¿Pero por qué los viajes nos cambian? ¿Por qué al volver de un viaje sentimos que no somos los mismos que antes? 
El regreso a casa tiene una mezcla de melancolía y felicidad. Melancolía por todo lo nuevo que dejamos atrás, y felicidad por volver a casa. Por eso, porque en casa...siempre hay algo de paz.


miércoles, 22 de diciembre de 2010

¿Qué quieres de mi?

Una de las cosas más difíciles de las relaciones es saber exactamente que quiere el otro de ti o contigo.
Cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía.
Nunca se puede estar seguro de eso y esa incertidumbre genera una especie de angustia.
Y como esa duda nos genera angustia empezamos nosotros a dar respuestas y tratar de adivinar que quiere el otro en realidad.
Asumimos y presumimos, damos una respuesta rápida y avanzamos, tal vez nos equivocamos pero ya no tenemos la angustia de no saber que quieren de nosotros.
El no saber que quiere el otro de ti, te inquieta, te perturba. Por eso nos volvemos desconfiados, nos ponemos a la defensiva, asumimos siempre que las intenciones del otro no son buenas.
No se puede saber que quiere el otro o por qué nos quiere, eso es un eterno misterio.
El bello siente que lo quieren solo por su belleza, el rico por su riqueza, el poderoso por su poder ¿Por qué pensamos tan mal del otro?
Pero si dejáramos de adivinar y le dieramos la oportunidad al otro de demostrarnos que siente, que quiere y por qué nos quiere tal vez nos sorprenderíamos.
¿Qué quiere el otro de mí?
Tocar tu corazón. Tal vez eso es lo que quiere el otro cuando quiere algo de ti.



El despertador.

Te pueden decir un millón de veces que tomar sol sin protector hace mal, pero hasta que no te quemes no lo vas a entender.
Todos le tenemos miedo a las pesadillas…pero hay que tenerle miedo a los sueños felices, porque es de eso de lo que no queremos despertar.
Si eres optimista, un realista te resulta pesimista.
Vivir soñando es como tener una tarjeta visa oro sin límite, y que nunca te llegue la factura.
Si alguien te despierta cuando estás teniendo una pesadilla, se lo agradeces. Pero si alguien te corta un sueño feliz, lo quieres descuartizar y remoler sus pedacitos hasta freirlos.
Somos cenicientas que borramos el número doce de todos los relojes, para que nunca se hagan las doce y la carroza no se nos haga calabaza.
Claramente, todos odiamos al despertador, pero qué sería de nuestra vida sin él...
¿Qué despierta un despertador cuando te despierta? Tus sentidos ¿no? Sales del sueño y empiezas a ver, a escuchar, a oler, a sentir.
Para poder despertar primero hay que desearlo. Luego intentarlo. Y después dejar que ocurra.
Mis amigas me preguntaban ¿Qué te pasa? Y yo les decía…“estoy super dormida”. Sin dudas, necesitaba un despertador.

Dueña de mi silencio.

De pequeña aprendí que para comunicarse no siempre son necesarias las palabras. Las palabras se pueden manipular, pueden perder su valor o tener demasiado. En cambio el silencio es más noble. El silencio es algo que se puede compartir. El silencio es estar en control. El silencio es poder.
Un día simplemente deje de hablar y descubrí que fue ahí cuando empezaron a escucharme mejor.
A diferencia, sufrir en silencio es un grito desesperado, un grito mudo que ensordece. El vacío se vuelve innombrable porque solo nombrar eso que nos falta nos parte el corazón. Es como eso que no quieres contar para que no se estropee, crees que el solo hecho de nombrarlo puede arruinar todo. ¿Lo que existe en silencio deja de existir si lo ponemos en palabras? ¿Palabras obvias que no hace falta decir o tal vez justamente por obvias hay que decirlas?

Dicen que somos esclavos de nuestras palabras y dueños de nuestro silencio. Y yo nunca voy a ser esclava de nada.
 

sábado, 18 de diciembre de 2010

Eres lo que más, he querido en la vida, lo que más.

Cuantas veces quise hacerlo bien y pequé por hablar demasiado. No saber dónde, cómo ni cuándo, todos estos años caminando juntos ahora no parecen tantos. Sabe Dios todo el amor que juramos pero hoy nada es lo mismo ya no vamos a engañarnos, que soy una mujer en el mundo que hizo todo lo que pudo, no te olvides ni un segundo.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Utopía.

Tener una necesidad es útil. Nos pone en movimiento para satisfacer esa necesidad. Tener un deseo es más potente aún. Cuando deseamos algo con el alma, cada célula de nuestro cuerpo se esfuerza por lograrlo. Tener un sueño es algo de una fuerza casi sobrenatural. Nos esforzamos durante días, meses, años, para alcanzar ese sueño. Un sueño que nos puede cambiar la vida. Pero necesidades, deseos y sueños son pequeños al lado de la utopía. Tener una utopía es algo superior, algo vital. Una necesidad, un deseo, un sueño, pueden cambiar nuestra vida, pero una utopía puede cambiar el mundo.
Las utopías, como dice Eduardo Galeano, esta en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Pero entonces uno se pregunta, ¿para qué sirve si siempre se aleja? Para eso sirve, para caminar. Para tenerla hay que tener fe, para creer que eso que deseamos es posible. Una utopía, por definición, es algo que no existe, un puerto inalcanzable, pero necesario para viajar. Es una llamada a la ilusión, al inconformismo, a la rebeldía, al compromiso. Es una llamada a la esperanza. Por eso, para cambiar el mundo, es tan necesaria.

Tantas, tantas ganas...

Siempre he tenido ganas de ti.
Tengo ganas de ti.
Por todo lo que he imaginado, soñado, deseado.
Tengo ganas de ti.
Por lo que se, y aún más por lo que no sé.
Tengo ganas de ti.
Por ese beso que aún no te he dado.
Tengo ganas de ti.
Por el amor que nunca he hecho.
Tengo ganas de ti aunque nunca te he probado.
Tengo ganas de ti, de ti entero.
De tus errores, de tus exitos, de tus equivocaciones, de tus dolores, de tus simples incertidumbres, de los pensamientos que has tenido y de lo que espero que hayas olvidado, de los pensamientos que aún no tienes.
Tengo ganas de ti.
Tengo tantas ganas de ti que nada me basta.
Tengo ganas de ti y no se ni si quiera por qué..
UF...TENGO GANAS DE TI.


miércoles, 15 de diciembre de 2010

El rayo de Luna.

No quiero nada...; es decir, sí quiero: quiero que me dejeis sola...no quiero glorias, ni felicidad, ni honores, ni treguas...mentira todo, fantasmas vanos que formamos en nuestra imaginación y vestimos a nuestro antojo, y los amamos y corremos tras ellos, ¿para qué?, ¿para qué? ¿Para encontrar un rayo de luna? No quiero.

martes, 14 de diciembre de 2010

Bécquer.

[...]

Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda 
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza 
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!

[...]

Hermosa tú, yo altivo; acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder;
la senda estrecha, inevitable el choque...
¡No pudo ser!

[...]

...sabe que, aunque invisible, al lado tuyo,
respiro yo.

[...]

...siempre valdrá lo que yo creo que calla
más que lo que cualquier otro me diga.

El amor en los tiempos del cólera.

-Tras 53 años, 7 meses y 11 días con sus noches, mi corazón se sintió realizado, y descubrí con alegría, que es la vida y no la muerte, la que carece de límites.
 

domingo, 12 de diciembre de 2010

La vida no está hecha de grandes cosas si no de placeres pequeños.

La vida nos tiene reservada pequeños grandes momentos de felicidad, de esa que te pone los pelos de punta y tienes que frotarte para que se te quite. Va acorde con la personalidad, y a veces según nuestro estado de ánimo. Para mi, cosas como...el día de antes de hacer un viaje, la última frase de un libro, el papel de las fotocopias cuando aún está caliente, el sonido de la lluvia, que te agradezcan algo mucho tiempo después de haberlo hecho, las manos de mi abuela, sonreír como una gilipollas por una casualidad, hacer equilibrio en el bordillo de una acera, despertarme antes de que suene el despertador, coger arena con las manos y dejar que se escurra muchas veces, pasar la hoja del calendario, mirar a los ojos a la gente y ver cómo se ponen nerviosos, los fuegos artificiales, sacarle una sonrisa a alguien que no lo esta pasando bien, un beso o un mordisco en el cuello mientras se te eriza la piel, que te duelan las mejillas de tanto reír, sentir su aliento susurrandote al oído...
Son las pequenísimas cosas que hacen que mi día a día no sea tan pesado.

Cree un título, porfavor...

Alguien me dijo una vez..."No sigas por donde puede conducirte el camino, en vez de eso, sigue por donde no hay camino y deja un sendero.." Sí, precioso, realmente conmovedor, pero muchas de las palabras que se plasman en papel, blog o el mismo aire, se quedan ahí...
Es fácil, es tan fácil como equivocarse mil millones de veces, así dejarás un camino lleno de ignorancia, experiencia y multitud...no se qué es peor, si ir por uno que ya esté hecho o hacer tú uno mismo. Realmente no lo entiendo, es como cavar y cavar y cavar hasta no llegar a nada, como cuando te pasan cosas, cosas importantes en tu vida, que te dejan huella, huella que no se borra con un par de semanas, ni meses, ni siquiera años, y cuando te la dejan...se van, y no vuelven. Y sí, te hace pensar, madurar interiormente, coger fuerza, pero al final esa fuerza y esa madurez se va al carajo, porque te cansas de que la vida te lo deje ahí, en la puerta, y no seas capaz de cogerlo y acabas diciendo cosas como... "¿Y eso es todo?" o "¿Tanto para eso?" Pues sí, porque esas son las verdaderas razones por las que tu asquerosa vida merece la pena. 
Ala, a construir el caminito..

sábado, 11 de diciembre de 2010

QUERRÁS


Si quieres, podemos pasarnos la vida en un cruce de miradas continuo pero silencioso, si quieres, puedes llamarme de vez en cuando, como si habláramos normalmente, hacer como si fuéramos amigos de toda la vida para después colgar el teléfono 2 semanas o 3, si quieres, puedes olvidarme y después cuando te sientas solo venir, pedirme perdón y como si nada, si quieres, escribo que me haces falta por todas las paredes de esta ciudad para que lo vayas tachando y poniendo debajo un YO NO. Si quieres, nos encontramos un día frente a frente y no me contengo, si quieres, vuelvo a recordar como mi ropa olía a ti y como al llegar a casa y meterme en la cama sentía aún tus manos, tu piel y tu sonrisa. Si quieres, te rodeo con mis brazos hasta que te canses y me pidas que te suelte, si quieres congelo todo el tiempo que haga falta para que no se le ocurra más pasar, o si quieres, sencillamente dejo mi alma para no pensar más en esa jodida sonrisa que me vuelve completamente débil y sin capaz de mover un dedo. Si quieres hago como si nada de esto hubiera pasando nunca, y si no quieres, también.


:)

Tus ojos son muy bonitos, pero no los envidio por que no pueden ver el precioso culo que ven los mios...


Porque el mundo es un poco menos malo si existes...

Y llenarte asi con sonrisas, con emoción, con ternura, con abrazos...todo se hace todo y se vuelve a derretir. Como era eso de "dime dos palabras y te devuelvo 3.." Tantas cosas por sentir, tantas cosas por imaginar, crear, es todo una belleza esto. Solo dejame, creeme, confía y nunca te decepcionaré.



Y cuando te metas en la ducha y empiecen a empañarse los cristales, escribite en el espejo "Estoy aquí", para que siempre cuando salgas, lo hagas con una sonrisa...