Cómo no pude darme cuenta que hay ascensores prohibidos, que hay pecados compartidos, y que tú estabas tan cerca.
Me disfrazo de ti. Te disfrazas de mí. Jugamos a ser humanos en esta habitación gris. Muerdo el agua por ti. Te deslizas por mí. Y jugamos a ser dos gatos que no se quieren dormir.
Mis anclajes no pararon tus instintos, ni los tuyos, mis quejidos. Y dejo correr mis tuercas y que hormigas me retuerzan. Quiero que no dejes de estrujarme sin que yo te diga nada. Que tus yemas sean lagañas enganchadas a mis vértices.
Me moriré de ganas de decirte que te voy a echar de menos. Y las palabras se me apartan, me vacían las entrañas. Finjo que no sé, y que no has sabido. Finjo que no me gusta estar contigo.Y al perderme entre mis dedos te recuerdo sin esfuerzo.
Me moriré de ganas de decirte que te voy a echar de menos.
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