Seguidores

martes, 9 de agosto de 2011

Más tarde, empecé a pensar en el destino...ese loco concepto por el cual no somos responsables por el rumbo que toma la vida, por el que todo está predestinado, escrito en las estrellas. Tal vez eso explica por qué aun viviendo en una ciudad donde no puedes ver las estrellas, tu vida amorosa tiende a ser un poco más al azar. Y aún cuando cada hombre, cada beso, cada dolor de cabeza es ordenado de una especie de catálogo cósmico, ¿podemos dar un paso equivocado y abandonar nuestra vía láctea personal?

No hay comentarios:

Publicar un comentario