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lunes, 25 de abril de 2011

Dime que no, y verás como no te creo.
Dime que no tienes,
que no tienes
en la frente un magnífico recuerdo, 
y verás 
cómo no te creo.
Dime que no sientes
como con yodo del mar el cuerpo
y un sabor de olas
que refresca tu pensamiento.
Dime que no suspiras
ni se te van los ojos lejos,
y ya verás 
cómo no lo creo.
Dime que no estás
rogando a los poderes eternos
que se pare el reloj
en este momento
y ya verás
cómo no lo creo.


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